30 October 2025

El pasado jueves 23 de octubre, se realizó en el tercer piso del Hall Universitario el conversatorio “Cultura de la dieta y figura ideal”, organizado por el Programa Alimentación Equilibrada de Salud y Bienestar Estudiantil. La amplia asistencia hizo necesario dividir el taller en dos sesiones, ambas con seis estudiantes, a cargo de Natalia Arévalo y Joaquín Navea.
La actividad convocó una alta asistencia estudiantil y se propuso cuestionar cómo operan los estándares estéticos en la vida cotidiana y cómo éstos impactan la salud física, mental y social, pudiendo generar así problemas de ansiedad, depresión, alteraciones de la conducta alimentaria, del sueño, etc.

A modo de marco, se explicó que la “cultura de la dieta” es el conjunto de creencias que sobredimensiona el peso y la apariencia como sinónimos de valor personal y salud, normalizando la restricción alimentaria y la persecución de “cuerpos ideales”. Estos ideales se sostienen en cánones de belleza, o sea modelos estéticos dominantes, cambiantes según época y contexto, que hoy en día, de manera generalizada, presionan a las mujeres a ser delgadas, con cintura pequeña y busto voluptuoso, y a los hombres a ser altos, de hombros anchos, corpulentos y musculosos. Tales expectativas no reflejan la diversidad corporal real y pueden favorecer insatisfacción, ansiedad y conductas alimentarias de riesgo.
Desde una perspectiva de cuidado, se subrayó que bajar de peso no es sinónimo de salud ni de bienestar. Cada cuerpo es único, con metabolismos, trayectorias de vida y contextos diferentes; por lo tanto, también lo son sus necesidades nutricionales y de movimiento. Se invitó a desconfiar de prácticas que, bajo la etiqueta de “cuidado”, pueden ser dañinas —como dietas estrictas o uso de fármacos sin supervisión— y a privilegiar decisiones informadas, saludables y sostenibles.

La sesión combinó reflexión y ejercicios prácticos. En grupos, las y los asistentes dibujaron en cartulinas los estereotipos más frecuentes y luego rompieron la imagen obtenida en un gesto metafórico para cuestionar la persecución de ideales inalcanzables y romper los paradigmas asociados. Por último y a modo de ejercicio personal y reflexivo, se recomendó practicar en casa la autoafirmación: mirarse al espejo y nombrar diez cualidades que aman de sí mismos. Aspectos no solo físicos, sino también rasgos de personalidad, para fortalecer el amor propio y la autoaceptación.
Las y los asistentes destacaron la relevancia de estas instancias, de escarificar que los ideales no deben ser perseguidos porque comúnmente no son reales ni alcanzables. Instancias como estas permiten recordar que somos humanos y que somos únicos.

“Llegué justo en el momento que lo necesitaba, fue bastante pertinente y bonita” comentó sobre esta actividad la estudiante de Psicología, Camila Zamorano, quien también destacó como algo positivo el espacio de conversación “que fuera un conversatorio y en el que pudiéramos conversar todos fue genial”.
Consultada por la motivación de la charla, Natalia destacó que la insatisfacción corporal es especialmente relevante en población universitaria, donde medios, redes y la industria de la belleza instalan estándares que hacen sentir “insuficiencia”. Sobre la jornada, valoró la alta participación y el ambiente de confianza, y señaló que el objetivo se cumplió: ”abrir conversaciones que puedan continuar con amistades y familias, promoviendo miradas más críticas, informadas y amables hacia el propio cuerpo”.
