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ImpeDrill: Estudiantes UC crean innovador dispositivo que busca evitar errores en cirugías ortopédicas

11 July 2025


Seis estudiantes de Ingeniería UC desarrollaron un dispositivo médico que promete reducir daños en cirugías. El proyecto, fue seleccionado por el MIT para potenciar su desarrollo y hoy busca convertirse en una startup de alto impacto.

Impedrill Estudiantes UC
Los y las estudiantes uc que conforman este proyecto ImpeDrill.

Lo que comenzó como un proyecto universitario en el curso Capstone del major de Ingeniería en Biomédica terminó convirtiéndose en ImpeDrill, una solución tecnológica que podría transformar la forma en que se realizan las cirugías ortopédicas. Detrás de este innovador desarrollo, hay seis estudiantes que, desde distintas especialidades de la ingeniería, unieron fuerzas para resolver un problema clínico real: el daño involuntario a tejidos blandos durante operaciones de osteosíntesis.

Todo comenzó en 2024, cuando el grupo se conformó, casi por azar, para participar en uno de los cursos anuales del major de Ingeniería Biomédica, instancia donde se diseñan soluciones reales para desafíos médicos, guiados por especialistas clínicos. Fue el doctor Pablo Besa quien presentó un problema frecuente: la dificultad de medir con precisión la profundidad de los agujeros en los huesos durante una cirugía. Sin embargo, tras investigar más a fondo, el equipo decidió enfocarse en un problema aún más crítico: el daño a tejidos blandos causado por la sobreperforación con taladros quirúrgicos.

Así nació ImpeDrill, una broca ortopédica que se acopla a taladros quirúrgicos convencionales, pero con una diferencia crucial: utiliza propiedades eléctricas como la impedancia para identificar el tipo de tejido que se está perforando. Gracias a esta tecnología, el dispositivo entrega feedback en tiempo real al cirujano, alertándolo cuando está a punto de alcanzar tejido blando, lo que permitiría reducir errores quirúrgicos y mejorar significativamente la seguridad del paciente.

“No queremos que este sea solo un proyecto de curso. Creemos que lo que estamos desarrollando realmente puede impactar positivamente en la salud de muchas personas y prevenir accidentes”, afirma Naomi Aldea, líder del equipo y estudiante de ingeniería civil eléctrica y medicina.

Un equipo interdisciplinario que cruza fronteras

Una de las claves del éxito de ImpeDrill ha sido la diversidad técnica del grupo. Aunque todos cursan el major en Ingeniería Biomédica, cada uno proviene de una especialidad distinta: mecánica, eléctrica, industrial e incluso premedicina. Esta mezcla ha permitido abordar el proyecto desde múltiples frentes: desde el desarrollo electrónico hasta la estrategia financiera.

El equipo de ImpeDrill está conformado por Naomi Aldea, líder del equipo, quien cursa Ingeniería Civil Eléctrica y el programa de pre-medicina. Catalina Lüders, encargada de investigación y desarrollo (R&D), proviene de Ingeniería Civil Mecánica. Mildred Roa, jefa de comunicaciones, se especializa en Ingeniería Civil Eléctrica. Clio Kipreos, a cargo del desarrollo de software, también pertenece a Ingeniería Civil Mecánica. Santiago Pedrero, responsable de la electrónica del dispositivo, estudia Ingeniería Civil Eléctrica, mientras que Jorge Villagra, a cargo de las finanzas, cursa Ingeniería Civil Industrial.

“Esto ha sido una mezcla interesante, porque tenemos áreas que nos van siendo en común de la ingeniería, pero al tener algunos la parte eléctrica, o yo la parte industrial, ha llevado un poco más a la división natural de los roles dentro del equipo, creando un grupo super interdisciplinario dentro de la misma carrera”, cuenta Jorge Villagra, quien agrega “Al final, el dispositivo tiene componentes muy diferentes en su diseño, y que cada uno le pueda agregar sus conocimientos a estas distintas partes ayuda mucho. Permite que todos podamos ver el proyecto desde un ángulo distinto, ayudando a cómo abordamos los problemas, ya sea técnicos o de otra índole”, explica el encargado de finanzas.

ImpreDrill, estudiantes UC hasta el MIT

La calidad e innovación del trabajo realizado no pasó desapercibida. Un prestigioso programa de mentoría internacional escogió a este equipo chileno, se trata de la instancia formativa IDEA² Global del MIT.

Durante seis meses, entre enero y julio de este 2025, el equipo recibió mentorías de alto nivel por parte de expertos como Mukta Joshi (de Philips) y Jason Woo (experto en regulación FDA).

Gracias a la motivación entregada por uno de uno de sus profesores, fue que, durante octubre del año pasado, comenzaron la postulación al programa de la universidad estadounidense. En noviembre, recibieron una carta de aceptación y con muchas emociones tras la noticia, comenzó un camino que venía a validar todo el trabajo realizado durante el 2024.

Viajaron en enero de este 2025 a las jornadas de trabajo iniciales del programa y a principios de julio, parte del grupo emprendió viaje nuevamente a Boston para recibir el diploma de certificación del programa en una ceremonia de graduación.

ImpeDrill, estudiantes uc en la Universidad de Boston recibiendo la certificación del MIT.

La emoción e impacto de esta experiencia

“Recibir la noticia fue muy emocionante, pero además significó una gran validación para el trabajo que realizamos en la Escuela de Ingeniería y en la Universidad. En Ingeniería existen varios cursos orientados al diseño y la innovación, pero contar con el reconocimiento internacional del MIT —una institución de gran prestigio— fue algo muy potente. Sentimos que no solo se validó nuestro proyecto, sino también el enfoque formativo de la Universidad. Fue una experiencia realmente emocionante”, cuenta Naomi Aldea.

Estar en el MIT fue emocionante. Ver que equipos de países más desarrollados tenían los mismos problemas que nosotros fue motivador. Nos dimos cuenta de que podemos competir al mismo nivel”, destacó Catalina Lüders.

Sobre lo que significó la experiencia, Villagra añade “El MIT es, sin duda, un actor clave en el mundo de la innovación tecnológica, y especialmente en el ámbito biomédico, que es donde se enmarca nuestro proyecto. No solo ha sido cuna de innumerables desarrollos relevantes, sino que además está inserto en un ecosistema de innovación único, como lo es el de Boston y Cambridge”.

“Estar allí te conecta con personas que pueden realmente potenciar tu proyecto: basta asistir a un evento de networking para encontrarte con alguien que ha enfrentado los mismos desafíos o que conoce a la persona indicada para ayudarte. Ese entorno colaborativo, accesible y lleno de experiencia ha sido, para nosotros, uno de los aprendizajes y aportes más valiosos del programa”, explica.

Además, de forma paralela a su postulación al programa del MIT, los estudiantes han sido parte de múltiples programas nacionales e internacionales como iTera. Siendo uno de los cinco seleccionados para participar en la plataforma, que actúa como incubadora de la Escuela de Ingeniería UC.

Durante el programa, entre enero y junio del 2025, recibieron financiamiento, mentoría especializada —a cargo de Benjamín Prieto, emprendedor en innovación médica— y formación en áreas clave como propiedad intelectual, modelos de negocio, aspectos legales y financiamiento.

De esta forma, el equipo de ImpeDrill también participó en el Social Ideas Challenge, una iniciativa enfocada en la innovación con impacto social, que reúne a estudiantes de Latinoamérica. Durante el proceso, asistieron a talleres sobre temáticas generales de innovación y emprendimiento, y llegaron a la final local en la Universidad Católica, instancia que les permitió seguir fortaleciendo su proyecto desde una mirada social.

El futuro de ImpeDrill: propiedad intelectual y validación clínica

Actualmente, el equipo está trabajando en su MVP (Producto Mínimo Viable), con el objetivo de validar la tecnología en entornos reales y avanzar en su patentamiento, tanto en Chile como en EE.UU. También continúan desarrollando el dispositivo con apoyo de la Oficina de Transferencia UC y mentores como Vicente Parot, Daniel Hurtado y Pablo Besa.

“Nuestro siguiente paso es demostrar que esta solución funciona en la práctica, y que puede escalarse como un dispositivo médico real”, señala Mildred Roa.

De forma paralela, actualmente el equipo está participando en Brain Chile, iniciativa del Centro de Innovación UC que reúne a más de 30 equipos seleccionados entre cientos de postulantes de toda Latinoamérica.

En esta fase inicial, se realizan workshops con talleres especializados en propiedad intelectual, modelo de negocio, estrategia y prototipado. Además, se trabaja en la preparación del pitch, cuya presentación a mediados de julio definirá a los 10 equipos que avanzarán a la etapa de aceleración, donde recibirán mentoría y financiamiento para continuar desarrollando sus proyectos, con la meta final programada para finales de octubre.

Una muestra del potencial de la innovación universitaria chilena

ImpeDrill es más que una broca quirúrgica. Es una prueba del potencial transformador de la educación en innovación, del trabajo interdisciplinario, y del impacto que puede surgir cuando el conocimiento académico se cruza con las necesidades reales del sistema de salud.

“Lo más valioso ha sido entender que la innovación parte desde la curiosidad, como nos enseñaron en el MIT. Si te enamoras del problema, vas a poder integrar las veces que sea necesario hasta llegar a la mejor solución”, reflexiona Clio Kipreos.

ImpeDrill está aún en etapa de desarrollo, pero ya ha dado pasos firmes hacia convertirse en una startup de base científica con impacto global. Su historia demuestra que las ideas nacidas en una sala de clases chilena pueden abrirse camino hasta los laboratorios internacionales – y más allá.

El equipo agradeció a la Escuela de Ingeniería y a la Dirección de Innovación e Investigación de la UC, cuyo apoyo ha sido fundamental para el desarrollo del proyecto. Destacan los programas de innovación que ofrecen, como ITERA, que han permitido acceder a financiamiento, recursos y conexiones con otros emprendedores.

También valoran el rol clave del Centro de Innovación y la oficina de transferencia tecnológica, que junto con iniciativas como Brain, han brindado un soporte integral para potenciar la innovación. Reconocen que la universidad genera valiosas instancias que fomentan el crecimiento y fortalecimiento de proyectos innovadores.

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account_circleJOURNALIST
Florencia Ramos
Periodista DAE

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