Expertas dan claves para evitar la automedicación entre estudiantes universitarios

Según cifras del último informe del SENDA, la cantidad de estudiantes que se automedican ha aumentado, generando preocupación en la comunidad universitaria. Para conversar sobre esta problemática, Salud y Bienestar Estudiantil realizó un conversatorio con tres expertas, para reflexionar sobre las causas que lleva a estudiantes a consumir fármacos sin prescripción médica y estrategias que eviten esta situación y promuevan el bienestar integral.

A fines de noviembre el SENDA publicó los resultados del 3er Estudio de Drogas en Educación Superior, donde se reveló que un 5,7% de los estudiantes universitarios reconoce haber consumido tranquilizantes sin receta médica en el último mes, superando el 4,5% identificado en 2021. A su vez, 1,7% señala consumo de estimulantes y 3,3% de analgésicos, sin receta.

Una cifra similar se presenta entre el estudiantado UC, pues en la última encuesta sobre alcohol, tabaco y otras drogas que aplicó Salud y Bienestar Estudiantil de la DAE, 7,59% de los encuestados reconoce tomar medicamentos sin prescripción. Este fenómeno es preocupante, ya que no solo refiere al aumento en la automedicación entre jóvenes universitarios sino también una naturalización del tema: recurrir a este tipo de estrategias para manejar la ansiedad o el estrés de la vida diaria, sin pensar en las consecuencias que puede acarrear para el bienestar.

Para reflexionar sobre ello, el equipo de Autocuidado en Alcohol y Drogas, de Salud y Bienestar Estudiantil, y la Escuela de Enfermería realizaron el conversatorio “Automedicación en estudiantes universitarios: riesgos, efectos y alternativas saludables”, el cual se llevó a cabo el 27 de noviembre, en el campus San Joaquín.

La instancia contó con la presencia de tres expertas en el tema: Ángela Cifuentes (psicóloga, magíster en Psicología Clínica y PhD en Ciencias Sociales), Sofía Herrera (médico psiquiatra, integrante del centro de Adiciones UC) y Consuelo Vis (terapeuta ocupacional). Las tres profesionales abordaron el fenómeno de la automedicación entre jóvenes universitarios desde una dimensión social, clínica y comunitaria.

Automedicación como solución rápida frente al malestar y el estrés

Las profesionales coinciden en que la automedicación es un fenómeno complejo. Para la Dra. Ángela Cifuentes esto se debe, en parte, a la instauración de una economía ansiosa, una cultura que ensalza la autoexigencia, el rendimiento, la eficiencia y donde el individuo debe hacerse cargo, solo, de su bienestar. Entonces, los estudiantes “ven el fármaco como una solución para mantener en alto el funcionamiento, en lo académico y también en lo social. En las universidades los servicios de salud siempre están muy demandadas, entonces los jóvenes recurren a la automedicación (…) Dicen ‘no tengo tiempo para ir a terapia, para pensar en el malestar, debo seguir funcionando y rindiendo’”.

Cifuentes también sostiene que el masivo acceso a los medicamentos agrava la situación. “Está muy naturalizado que las personas se faciliten medicamentos para aliviar el dolor. No soportarnos sentirnos mal, angustiados, tristes”. Sin embargo, muchos jóvenes igualmente buscan otras estrategias para gestionar el malestar y el cansancio, como uso de apps, práctica de mindfulness, psicoterapia, contenidos psicoeducativos en redes sociales, etc.

Como integrante de la unidad de Adicciones UC de la red UC-CHRISTUS, Sofía Herrera indicó que los fármacos más consumidos por los jóvenes son los estimulantes y sedantes, detallando sus efectos y riesgos para la salud física y mental. Por ejemplo, insomnio, alerta extrema, ansiedad y disminución del apetito.

Sin embargo, en algunas personas el consumo de estimulantes, por ejemplo, puede acarrear también vómitos, taquicardia, convulsiones, episodios psicóticos, aumento de la presión arterial, entre otras graves consecuencias. Bajo este escenario, Sofía Herrera recalcó la necesidad de reforzar las acciones de prevención en materia de salud mental, que los estudiantes conozcan los canales de ayuda a los cuales pueden recurrir. “Debemos proteger a los estudiantes y apoyar a los jóvenes que necesitan orientación o tratamiento en salud mental”, asegura la doctora.

Estrategias saludables para evitar la automedicación

Una forma de enfrentar las altas exigencias de la vida universitaria y abordarlas de manera saludable es el llamado balance ocupacional para el bienestar. Consuelo Vis, terapeuta ocupacional explica que ese concepto se refiere a la interacción entre la persona, la actividad que realiza y el ambiente. Para lograr dicho balance, los TO sugieren trabajar las 9 áreas de desempeño ocupacional: actividades de la vida cotidiana, actividades instrumentales, educación, trabajo, sueño y descanso, juego, ocio, participación social y salud, siendo esta última una esfera clave que se enfoca en las rutinas y actividades que dan propósito y estructura a la vida de una persona en vista a su bienestar integral.

“El balance está dado por cómo organizo mi vida, cómo priorizo estas áreas, según necesidad y experiencias. Es importante que ningún área interfiera en otra o quede anulada”. Respecto al contexto universitario, Consuelo Vis comenta que lo más común para lidiar con los desafíos en esta etapa es planificar y priorizar. “Pero La estrategia de planificación debe ser super pensada y cuidada. No se trata de llenar nuestro planner o de repletarnos de post-it, porque muchas veces eso termina sintiéndose no como planificación sino como una lista eterna de pendientes”.  

Consuelo recomienda plantearse metas realistas, objetivar expectativas y esfuerzos, priorizar según importancia y urgencia, priorizar tareas, hacer checklist de lo que hemos logrado y hacer una reflexión semanal de lo que está funcionando y qué no, para lo cual el autoconocimiento es clave. “También es clave darse espacio para actividades de recarga. Dedicar tiempo al autocuidado, hacer pausas, debe ser una prioridad, no un lujo”, enfatiza la TO y agrega que el saber pedir ayuda cuando es necesario también es clave en el balance ocupacional para el bienestar.

Tanto Ángela Cifuentes, Sofía Herrera y Consuelo Vis sostienen que para cuidar a la comunidad universitaria es esencial generar instancias de conversación entre estudiantes, docentes y funcionarios/as, que cada unidad haga un levantamiento de necesidades, para luego dialogar y acordar estrategias de autocuidado y cuidado colectivo que hagan sentido a la comunidad universitaria general, pero también a las comunidades locales en cada facultad. 

• Si deseas revisar el estudio de Senda 2025, accede aquí al informe
  
• Conoce el programa Autocuidado en Alcohol y Drogas, de Salud y Bienestar Estudiantil, y los servicios que brinda al estudiantado UC.