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La fe se vive en comunidad: el testimonio de los estudiantes UC en el Jubileo 2025

1 septiembre 2025


Una delegación de 61 estudiantes UC viajó a Roma para ser parte del Jubileo 2025, un encuentro eclesial que cada 25 años convoca a miles de peregrinos de todo el mundo en torno a la fe, la esperanza y la reconciliación. A un mes del mega evento, seis estudiantes de nuestra comunidad cuentan en primera fuente su experiencia, testimonio y aprendizajes.

Con entusiasmo y alegría participaron los 61 estudiantes que fueron parte de la delegación chilena presente en el evento.

Si bien el Jubileo es un tiempo especial de oración, encuentro y perdón, para los y las estudiantes UC que asistieron esta experiencia significó mucho más que eso: se transformó en un momento de crecimiento espiritual y de conexión con la Iglesia universal.

Durante la última semana de julio los estudiantes compartieron con jóvenes de todos los continentes, escucharon al Papa León XIV y participaron en diversas actividades que los invitaron a reflexionar sobre el rol que tienen hoy como cristianos en el mundo.

Aquel viaje, aseguran sus integrantes, estuvo compuesto por una delegación diversa, donde cada uno vivía su fe de manera distinta, provenientes de diferentes carreras y edades. Todos quienes fueron parte estuvieron dispuestos a participar y a crear diálogos. Aquella experiencia fue sin lujos ni comodidades, intentando vivir la experiencia santa como Jesús lo hizo en su momento.

Una experiencia que comenzó mucho antes de llegar a Roma

Luisa Pastene, estudiante de College UC y delegada del grupo de jóvenes de la universidad, recuerda que su camino hacia el Jubileo comenzó meses antes, cuando fue convocada a integrarse al consejo organizador. Desde ahí asumió el desafío de preparar espiritualmente a sus compañeros y acompañar a la delegación:

“Para mí fue un regalo. El hecho de organizar y vivirlo desde antes me ayudó a prepararme mejor, a poner todo mi corazón en cada momento y a sentir que esta experiencia era realmente única”, dice aún emocionada, desde una sala de estudio, tras una semana de haber llegado de vivir la experiencia.

Durante meses, los 61 estudiantes participaron en jornadas, encuentros y un retiro que les permitió conocerse, compartir sus motivaciones y llegar a Roma para vivir el Jubileo como una comunidad unida.

Algo parecido vivió Antonia Dominique Sandoval, estudiante de Ingeniería Comercial, quien fue invitada al consejo como jefa de finanzas “La experiencia fue un regalo de Dios, no hay palabras para explicar lo que se vivió allá. Peregrinos de todo el mundo movidos por la misma fe, conviviendo entre ellos, donde el idioma no fue impedimento para vivir la fiesta del Jubileo con la misma energía. Ir en representación de la universidad fue un honor, algo que no cambiaría por nada”.

En esa misma línea, Jeremy Escalona, estudiante de College y coordinador de la delegación, comparte lo que significó asumir esta misión:

“Llegué a ser parte de la delegación en diciembre, cuando me llaman desde la Pastoral para coordinarla. Fue una invitación que me tomó completamente por sorpresa, que no esperaba”, dice. “Siempre participé en proyectos de solidaridad cristiana (…) Desde ahí partimos soñando qué queríamos para la delegación UC. Tuvimos reuniones con la Pastoral, que nos transmitió este deseo de unidad y de vivir una experiencia de fe que transformara corazones. No era algo tangible como construir una casa o misionar en una comunidad; era mucho más personal y profundo en cada peregrino.

Durante meses, dice, prepararon los corazones de los 61 estudiantes para vivir la experiencia del Jubileo. Sobre los aprendizajes de aquella experiencia, reflexiona

“Lo que me llevo es un mensaje de esperanza: entender que no estamos solos, que la Iglesia está viva, que es joven y que se mueve en todo el mundo. Ser peregrinos de esperanza no se trata solo de ir a Roma, sino de convertirnos en misioneros de la esperanza, llevando luz y fe a quienes nos rodean en la vida cotidiana y también a nuestra comunidad”.

Encuentro con la Iglesia universal

Ya en Roma, los y las estudiantes fueron parte de celebraciones multitudinarias, audiencias con el Papa, peregrinaciones y visitas a lugares santos como Asís y las Puertas Santas de las basílicas mayores.

Para muchos, fue impactante ver a jóvenes de todo el mundo bailando, cantando y proclamando su fe sin miedo.

Sofía Romero, estudiante de Ingeniería Comercial, se unió a la delegación casi de manera providencial“Un año jubilar se vive cada 25 años y pensé: en el próximo voy a tener 45, no me lo puedo perder. Sentía con convicción que estaba llamada a estar en Roma. Me impresionó ver lo universal que es la Iglesia, su alegría y compromiso. Me devuelvo con la certeza de que la Iglesia está muy viva y que no estamos solos: somos muchos los que estamos ‘locos por Cristo’”, aseguró.

El momento más emotivo para muchos fue encontrarse con el Papa León XIV en la misa de bienvenida y en la vigilia final, uno de los primeros encuentros con la juventud católica desde que asumió la soberanía de la Iglesia. Sus palabras sobre la amistad, la esperanza y la misión resonaron con fuerza en el corazón de los jóvenes.

Valentín Leiva, miembro del consejo en el área de comunidad, lo resume así :

Esta experiencia superó totalmente mis expectativas. Ver tanta gente unida por lo mismo, sentirse acogido y vivirlo con tanta pasión fue algo inigualable. Creo que el mejor mensaje con el que vuelvo es que los jóvenes tenemos el poder para actuar y no estamos solos. Hay miles de personas en la misma situación, dispuestos a remar contigo”, cuenta el estudiante de Ingeniería Civil.

Uno de los mensajes que más atesoran, dice Luisa, es:

“Debemos ser una gran familia, así como la Iglesia, ser una comunidad unida”.

Mientras relee la libreta que la acompañó a Roma, Luisa recita una de las frases que más resonaron en ella y en los demás asistentes, de parte del Papa León XIV:

“Ustedes son la sal de la tierra, ustedes son la luz del mundo”.

Y reflexiona:

“Los jóvenes somos la base para que la sociedad, con la solidaridad, no se pierda”.

Amistades que nacen en la fe

Más allá de lo espiritual, los y las estudiantes UC destacan los lazos humanos que nacieron durante la peregrinación.

“En una semana formamos amistades profundas, unidas en Cristo, que difícilmente se dan en otros espacios. Hoy seguimos en contacto, compartiendo, y sabemos que nos acompañaremos en el camino universitario y más allá”, señaló Luisa.

Algo similar experimentó Macarena Izquierdo, estudiante de College UC y jefa de formación:

“Vivir el Jubileo con la Delegación UC tuvo un gran impacto en mi fe. Pude encontrar a Dios no solo en los lugares, sino a través del amor de las personas que iba conociendo. Lo que viví me enseñó la importancia de mostrar la alegría de ser católico, de confiar en el plan perfecto de Dios y de agradecer hasta lo más pequeño”.

Un regalo y una misión para la comunidad UC

Al regresar, la delegación se siente llamada a transmitir lo vivido. Tal como expresó Luisa “El gran desafío ahora es hacer vida todo lo que experimentamos en Roma: llevar la alegría, la esperanza y la fe a nuestras salas de clases, a nuestras amistades, a la UC entera. Porque la misión no terminó en Roma, empieza aquí”, aseguró.

El Jubileo 2025 no solo fue un viaje, sino una experiencia transformadora que seguirá dando frutos en la comunidad universitaria de la Universidad Católica.

Los testimonios de los 61 estudiantes UC son una invitación a vivir la fe con gratitud, valentía y en comunidad, recordando siempre que la amistad y la esperanza son caminos para la paz y una mejor vida universitaria.

Información

account_circlePERIODISTA
Florencia Ramos Berríos
Periodista DAE

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