15 junio 2023
Desde una necesidad de dejar una obra testimonial a los 19 años, el joven alumno de Letras escribió durante la pandemia su libro. Cómo se obtiene inspiración en un periodo tan difícil es lo que el autor compartió con Vive la UC.
Pietro Rovira Gutiérrez busca entre sus recuerdos su primer acercamiento con el mundo de las letras. La primera escena que se le viene a la mente es la de la mano de su madre, Macarena, quien le leía cuentos navideños a pesar de que no fuera Navidad. Al pequeño Pietro le gustaba oír e imaginar aquellos escenarios cubiertos de nieve y con olor a chocolate caliente. Esa tradición fue mutando y fue él quien se encargó de contar esas mismas historias a su hermano menor, Alejo, con quien tiene una diferencia de cuatro años de edad.
Ese fue el inicio. El que lo empezó a encaminar, a su corta a edad, en el mundo de la escritura. Y en ese proceso, fue que Rovira configuró lo que hoy es su primer libro, “La versatilidad de mi mundo”. Durante la pandemia, momento en que lo escribió, salieron varias cosas a la luz en su familia y que fueron fuente de inspiración. Por ejemplo, su tío Luchín, quien fue médico de Salvador Allende y que sigue vivo.
“Quería hacerle una entrevista a mi tío y dejarla plasmada desde su punto de vista porque, si bien, quiero hacer ficción a futuro, quiero dejar eso ahí. Ese relato que mi tío vivió y que fue su travesía hasta Canadá”, explica.
En cuanto al título del libro, se puede considerar como una doble interpretación: la versatilidad de su entorno y el espectro autista. Pietro fue diagnosticado a los cuatro años y a los ocho supo que lo era. Fue, sin dudas, un proceso de crecimiento complejo. “No es un trastorno. Eso ya está obsoleto hace diez años o más. Recomiendo que sigan con la sigla si quieren, pero digan espectro autista y ya”. Sumado a eso, menciona que “es importante que la gente tenga en cuenta de que quienes tienen el espectro pueden caerse más de tres veces con la misma roca, pero, tarde o temprano van a salir”.
Hoy, vive en Santiago y con 21 años dice haber dejado Antofagasta, su ciudad natal, para convertirse en escritor. De ahí la motivación por estudiar Letras Hispánicas en la UC. A Rovira, quienes le conocen o lo observan caminar, siempre pueden verlo con uno o más libros en sus manos. Especialmente de Roberto Bolaño, uno de sus autores favoritos.
Además, dentro de sus pasatiempos se encuentra el Club de Lectura Rebelde de Antofagasta, un espacio en donde discute y comenta distintas obras. De hecho, fue en este club en el que se rodeó de escritores que lo impulsaron a que crear su libro. Un manuscrito editado por Eugenia Prado, escritora que fue clave en el proceso.
Pero no era lo único que despertaba su interés. En 2019, cuando salió del colegio, también tuvo la alterativa de dedicarse completamente a la esgrima, deporte del cual fue seleccionado nacional a los ocho años, pero su gusto y necesidad casi vital por la literatura fue la que ganó.
Una necesidad de acto memorial para el futuro. Una forma de dejar hechos que le ocurrieron a su familia y cosas que le pasaron y que parecen relatos de ficción, pero no lo son completamente. Una lectura que abraza al corazón y que sorprende a sus lectores. Algo que Rovira comparte y, por ello, extiende como invitación a las personas a su lectura, íntima, cercana, como forma de adentrarse a su mundo.
“Les recomiendo leer mi libro. Es parte de mi esencia, al fin y al cabo. De algo que fui y que sigo siendo. De gente que no está y está en el mismo tiempo y espacio. Es mi mundo. El mundo de Pietro durante pandemia. Es un texto de amor hacia mi familia”, y, al mismo tiempo, invita que a la Comunidad UC a “que no dejen de intentarlo porque si tienen un sueño porque se sorprenderían de lo que son capaces”, dice.
El escritor, finalmente, también se plantea nuevos desafíos. Uno de ellos, es la creación de “Chilenos perdidos en Chile”, un canal de YouTube que será un espacio para reseñas y recomendaciones de libros.